miércoles, 24 de septiembre de 2008

Opinión "Crónica"

...En una crónica uno debería poder disfrutar de la lectura, no sólo por la necesidad de la información sino por el gusto de asomarse a ese mundo...
Carolina Reymúndez
Libro; La Argentina Crónica
Uno puede llegar a imaginar que leer una crónica es solo centrarse en un hecho que ya paso, informarse y culminar la lectura sabiendo que sucedió finalmente. Sin embargo, la frase anteriormente citada, nos ofrece la posibilidad de reflexionar que podemos disfrutar informándonos por el simple hecho de poder asomarse a ese mundo que ellos -los escritores- describen para hacernos sentir parte de la historia.

Crónica Nocturna

Observo una puerta abierta, el silencio se hace presente, aulas vacías, luces apagadas, pocas voces, puertas que se cierran, pasillos vacíos, personas que se despiden hasta un nuevo encuentro y de pronto un piano a lo lejos irrumpe en medio del lugar, no se bien de donde viene pero lo escucho, así como también logro oír pasos, pasos en medio del largo y amplio pasillo el cual conduce a la puerta de salida de la Universidad.

martes, 23 de septiembre de 2008

Reflexiones de un viernes por la noche

Viernes a la noche, desganada de todo, cansada de toda la semana, y ahora en estos momentos con la computadora encendida frente a mi, digo, mira vos que raro como se dieron las cosas, quien diría que una propuesta que llega tan sorpresivamente del diario The Nose –dirigido esencialmente a los turistas extranjeros que visitan nuestro país- un emprendimiento que recién se esta lanzando a la luz, realizando pruebas piloto para ver si puede funcionar o no en el mercado, me haya otorgado la posibilidad de conocer este tema, desconocido hasta el momento par mi, lleno de preguntas, misterioso por donde se lo mire, enigmático y a la vez desafiante, esto del turismo místico.
A decir verdad, al trabajar en una empresa de turismo la propuesta me pareció bastante interesante y decidí emprender el “viaje”... ¿A donde? Aún se desconoce el destino...

Tips para despejar la mente


Por lo general me cuesta concentrarme, cualquier ruido me distrae, cuando decido sentarme a escribir es porque realmente lo siento, de todas maneras no siempre sucede eso y la concentración muchas veces no está de mi lado, para combatir la fiaca y el desgano utilizo estos tips para despejar la mente cansada y agobiada de tanto estudio:

Tips N°1;
El mate, bien caliente y con edulcorante, es mi mejor arma para combatir el sueño, y para hacerle frente a la a los momentos de soledad. El es quien me pone pilas y me permite estar con los ojos bien abiertos, cabe destacar que para mí el mate es una ceremonia, yo disfruto de la misma, el tener que pararme, dirigirme hacia la cocina, llenar la pava de agua, ponerla sobre la hornalla, preparar la bandeja con el yerbero, buscar alguna galletita con que acompañar los verdes, todo eso ya me garantiza con seguridad, tres horas más de velada frente a la computadora.
Consejo: pruébenlo, funciona.

Tips N°2;
Cuando se aproxima la desesperación y el sueño comienza a manifestarse sobre los ojos, el desgano por mantener las manos sobre el teclado de la computadora resulta imposible de sostener, etc. Cuando noto que estas circunstancias se van adueñando de mi, una buena opción es escuchar música -aunque sea una canción- un tema que me recuerde a algún momento agradable mi vida, o que me haga recordar a alguna persona -sexo opuesto- puede resultar beneficioso porque brinda la posiblidad de transportame hacia otro lugar y salir de la monotonía del estudio, y hasta puede permitir hacerme olvidar de lo que estoy haciendo.
Este es un remedio que utilizo a menudo y casi siempre su resultado es óptimo.

Tips N°3 y -PRESTA ATENCIÓN-:
Si considerás que te encontrás bloqueado completamente, que las ideas van y vienen por tu cabeza y no logras atrapar ninguna. Lo mejor en estos casos es:
*Apagá la computadora,
*Ordená un poco los cuadernos, que dejaste seguramente desparramados por todos lados,
*Apaga las luces y
*Anda a dormir, pero andate con la idea de que diste lo mejor de vos, que la voluntad por hacer un buen trabajo estuvo,
*Pudo haber salido bien o no tanto como queriamos, pero la intención estuvo,
*Andá y pensá en que mañana puede ser un gran día.

Mi Diario

Trazado con esmero y dedicación
Posicionada frente al monitor, pienso, reflexiono, analizo, imagino, me emociono, creo, planifico, busco, intento, voy, vengo, estoy. Con mis manos sobre el teclado de mi computadora, mis dedos se mueven incesantemente pulsando teclas, aquellas en la cuales se ubican las letras, a medida que las presiono ellas van conformando las palabras, esas que tengo en mi cabeza, en mi mente, en mi corazón, las cuales quiero y necesito contar.
De esta manera inauguro y les doy la bienvenida a mi diario de escritor. Los invito a conocer el camino que me propuse transitar para poder lograr un buen trabajo. Aquí se describirá cada paso que iré dando a lo largo de este trayecto, todo lo destacable también estará reflejado aquí, en este espacio al que denominaré; “Mi diario, mi camino”.
Mi deseo es que todos aquellos que cuenten con la posibilidad de leer este diario, puedan ir vivenciando los distintos momentos que iré atravesando en este camino que imaginariamente tracé, poniendo mi mayor esmero y dedicación, para poder lograr un buen trabajo. Si bien, recién estoy inmiscuyéndome en él, comienzo a sentir la necesidad de seguir conociéndolo, porque ya logro observar la meta, esa la cual me propuse conseguir y que no voy parar hasta conseguirla.
Avanzo con mi primera fase, luego diviso una segunda, y puedo observar una tercera, y así sucesivamente irán apareciendo diferentes etapas, hasta lograr alcanzar una ultima, esa -que con total seguridad considero será la más difícil de superar- pero a la cual no temo, ya que considero que de los errores también se aprende y de los desafíos que uno se imponga se puede descubrir hasta que punto uno puede dar lo mejor de si. Por eso, no me acobardo frente al desafío de descubrir cuales son mis verdaderos limites, quiero llegar hasta el final propuesto, sin importar las consecuencias.
Me encuentro, en un lugar desconocido, en el cual todo me parece extraño, pero que sin embargo deseo quedarme para descubrir que hay atrás de cada una de las puerta que detrás mío puedo divisar, me encuentro sola y sin embargo no tengo miedo a equivocarme, porque lo atractivo es el desafío que este trabajo me representa. Observo, escribo lo que siento, dejo volar mi imaginación, digo lo que opino, reflejo mis deseos, creo mi propia historia, mi entrevista.
Lunes por la mañana, 09.56am
Hoy caminaba hacia la oficina pensando en que este camino cuenta con historias que merecen ser contadas, historias que pertenecen a personas desconocidas hasta el momento para mí, pero... ¿Quienes serán? Aún no lo sé, pero se aproxima la fecha del encuentro y falta poco para develar el misterio.
Martes mediodía, 12.37am
Escribiré lo que observo, lo que siento, escribiré lo que opino, dejaré volar mi imaginación, no reprimiré mis deseos por conocer, estaré atenta a las señales, iré creando mi historia, mi entrevista.
Sábado por la mañana, 10.30am
Hoy aclaré mis ideas en cuanto a la entrevista que me propuse realizar, de acuerdo a la tarea encomendada por la cátedra del Taller y seminario de escritura de la Universidad.
Fue así, que hoy decida por arrancar con mi tarea, ordené los apuntes que tenía sobre mi mesa de estudio –aquellos que fui acumulando desde que me enteré del trabajo que debía realizar-, además preparé la agenda –con la cual, por lo general, realizo algunas anotaciones de cosas que logran llamar mi atención, ya que mi memoria algunas veces me juega una mala pasada, y de esta manera cruce la puerta de salida de mi casa y salí, impulsada por las ganas de conocer el lugar hacia el cual me dirigía y que según mis fuentes encontraría a la persona que decidí, después de tanto deliberar, entrevistar.
Salí de casa esencialmente predispuesta a realizar un buen trabajo, proponiéndome dar lo mejor de mí, y a utilizar todas las herramientas conceptuales que fui aprendiendo a lo largo de estos años en la Universidad. Iba segura que todo lo que había averiguado acerca de la temática que quería abordar me iban a servir como base para estar segura a la hora de encontrarme frente a frente con mi entrevistado. Eso me daba tranquilidad, porque estaba segura de lo que quería preguntar y como debía hacerlo.
Camino hacia aquel encuentro, tenía en claro que todo trabajo de investigación debe encontrar un punto final, al menos es lo que se recomienda, sin embargo tenia en cuenta que esa tarea sería dificultosa para mi, pues yo suelo encontrar un punto pero lamentablemente siempre le siguen los puntos suspensivos.

Reflexionando acerca del genero entrevista

Un entrevistador, un entrevistado, buscar información previa sobre el tema, realizar los primeros contactos, buscar un lugar en el cual realizar el encuentro, buscar el momento indicado, concordar un hora, pensar en como llegar al lugar, que ropa utilizar, pensar que decir, como saludar al entrevistado, al encontrarse intentar utilizar la empatía, tomar registros, generar un universo de confianza, hacer sentir al entrevistado a gusto, cómodo, para que puede sentirse libre de poder expresarse sin tenciones.
Se recomienda antes de enfrentar una entrevista, el armado de una “guía de pautas”, la misma puede resultar muy favorable en cuanto al dinamismo del encuentro, en ella se puede apuntar los tópicos que consideramos esenciales que se hagan presentes durante la charla. Para el armado de dicha grilla, se debe pensar en cual es el principal objetivo y que es lo deseamos verdaderamente preguntar. Cabe destacar que esta guía de pautas nos permite estar focalizados en la meta, sin perder el centro de la entrevista. Además, debemos tener en cuenta, que durante el transcurso de la entrevista, surgen distintos tipos de preguntas, que suelen ser abiertas, disparadoras, descriptivas, de análisis, o básicamente surge el repreguntar, por eso debemos estar atentos a las respuestas para que la entrevista se vuelva a amena y evitar que se convierta en un trámite.
En lo personal, disfruto cuando debo realizar una. Me gusta, el proceso previo al encuentro con la persona o las personas a entrevistar. Los primeros contactos a veces se tornan complejos, otras veces son más sencillos, pero lo cierto es que son ellos los que nos van brindando indicios para poder ir haciéndonos la idea de cómo es la persona a la cual pertenece aquella voz que escuchamos del otro lado, sin poder ver.
Las entrevistas, no deben ser pensadas como un mero encuentro cara a cara con una determinada persona, a la cual uno debe hacerle preguntas planificadas de antemano, a su vez limitarse a escuchar su respuesta, tomar nota de aquello y seguir preguntando hasta que el interrogatorio llegue a su fin. Sino bien, debemos tener en cuenta que una entrevista siempre es una experiencia nueva para los participantes. Por un lado, el entrevistador, llega al encuentro con una serie de expectativas, las cuales pueden ser superadas o no en el transcurso del encuentro, pero se crea un universo único, personal y propio. Por el otro, el entrevistado, con incertidumbre, pensando en que le van a preguntar, pensando en porque el fue el elegido, observando los materiales que acompañan al entrevistador, esperando ser sorprendido, analizando la situación, queriendo ser escuchado, sintiéndose importante y valorado por estar del lado del entrevistado.

Paradigma Indiciario


“Aquello que permite conocer o inferir la existencia de algo que no se percibe”, según esta definición de la palabra “indicio” la cual nos guía, si nos remontamos al campo del arte, a concluir diciendo que podemos conocer mediante minuciosas características al autor de una obra, ya que las huellas que se van dejando en cada creación son propias de quién la cree.
Muchas veces los indicios nos van dirigiendo, como en el caso de una investigación, hasta permitirnos llegar a conclusiones finales que nos ayuden a resolver el caso, así como lo hacía Sherlock Holmes para dar con el responsable de un determinado delito.

Una simple presentación

Cabellos largos, y digo largos porque se lucen por debajo de los hombros. De distintos tamaños, pero con una misma forma. Todos de igual color, precisamente negro. Estos, no se inclinan para el lado de rebeldía, ya que cada cabello respeta el lugar que le fue impuesto. Nacen en un mismo lugar, pero culminan en distintos lugares. Sin embargo, no se entrecruzan creando enredos.
Seguido de esto, podemos decir que la cortina de hilos negros, acompaña un rostro de tes morena, provocando la exclusión de cualquier tipo de contraste entre dicha cortina y el color de la piel que reposa sobre los huesos que configuran un rostro semicuidado por cremas de belleza, a pesar de la corta edad de su dueña.
Las dos circunferencias de color blancas, las cuales en su entro se ubican dos circunferencias más pequeñas de color negro, se encuentran resguardadas por pestañas alargadas, divididas por un hueso alargado, con una forma -que con total seguridad afirmo- heredé a la familia de mi madre.
Pues bien, esta soy yo. Romina Gimenez o Gimenez Romina, como más les guste.
Hablar acerca de mi, me resulta divertido. Aunque, no puedo negar que me cuesta un poco jugar un poco con la empatía, para saber como me ven los demás o que sensación les doy.
Me considero una persona muy insegura y muy poca veces me siento conforme con mis producciones. Suele sucederme, por ejemplo, que cuando concluyo con un determinado trabajo facultativo, al entregarlo, me brota la sensación de que podría haber estado mejor, y me quedo con ese sabor amargo hasta que me dan el veredicto. Soy una persona que no cuenta con mucha fe en sí misma.
Hoy, me encuentro en la universidad, estudiando algo que yo misma elegí. Me gusta lo que hago y tengo muchos planes para un futuro, al cual no veo tan lejano.
Intentando, realizar una breve descripción de mi misma, indagaba acerca de mi relación con la lectura, y me di cuenta que mi historia con la lectura tiene muy poco de atractivo. Nunca creí, que en la secundaria, cuando debía tomar la decisión más difícil con respecto a mi futuro, el de seguir estudiando o no, mi inclinaría tanto por los libros, ya que estos no demandaban un gran espacio dentro de mi vida cotidiana.
Sin embargo, aún tengo fresco en la memoria, recuerdos acerca de los veranos en mi plena adolescencia. Mi cuerpo, ubicado debajo de un gigantesco árbol, el cual se encontraba en el patio trasero de mi casa, recostada sobre una tela que actuaba como colchón, debajo de aquellas hojas que se partían cuando mi cuerpo se extendía sobre ella. Así mismo no me permito excluir de dicha anécdota, aquel elemento fundamental, que reposaba sobre uno de los extremos, del simple regazo de tela estampada. Allí estaba ella, compartiendo también mis horas de la tarde, como siempre fiel a su dueña, mi almohada. Ella, me trasmitía la misma comodidad que me transmitía durante la noche. Yo misma la trasladaba hacia esa cama imaginaria. Que para pasar aquellos días de tanto calor, se convertía en el lugar perfecto para pasar esa estación del año tan difícil de soportar para aquellos que no cuentan con la posibilidad de emigrar hacia las zonas más frescas de Buenos Aires.
Los libros que leía, me deban la sensación de estar viviendo vidas distintas todo el tiempo. Mi imaginación volaba libremente. Las líneas de las narraciones me iban guiando hacia lugares inesperados y me hacían descubrir sensaciones nuevas. De esta manera transcurría el verano para mí.
Los libros, el sencillo regazo de tela, mi almohada, y yo formábamos un verdadero equipo. Todos nos movilizábamos en masa. Si por alguna situación de imprevisto debía ausentarme a la cita, debajo del árbol después de almorzar, no abandonaba a mi equipo, pues ellos iban conmigo hacia donde fuera, sin importar las distancias.
No fui de tener muchos amigos en mi infancia, ni en mi adolescencia, tal vez fue ese el detonante que me inclino a refugiarme en el equipo de salvación que sola me había conformado.
Mi curiosidad por los libros se iba incrementando a medida que los años pasaban. Tal es así, que durante el nivel primario, me interesaba por el género de las novelas románticas, acordes a la edad que tenía en ese momento. Sin embargo, durante el nivel secundario el género se modificó y comencé por indagar más acerca del mundo teatral. Los diálogos entre los personajes me mantenían atónita frente al libro, me divertían y me angustiaban a la vez. Siempre buscaba identificarme con algún personaje en especial, buscaba ser parte de la obra en cuestión.
Soy conciente de que transcurría mis días viviendo vidas ajenas, inventadas e irreales, pero que apasionante que era todo aquello. A pesar de que ya hayan pasado varios amaneceres en mi vida, hoy al verme escribiendo sobre aquella época, se entremezclan en mi, sensaciones de nostalgia y alegría por aquella niña que fui y que tan feliz por aquellos tiempos.