Un entrevistador, un entrevistado, buscar información previa sobre el tema, realizar los primeros contactos, buscar un lugar en el cual realizar el encuentro, buscar el momento indicado, concordar un hora, pensar en como llegar al lugar, que ropa utilizar, pensar que decir, como saludar al entrevistado, al encontrarse intentar utilizar la empatía, tomar registros, generar un universo de confianza, hacer sentir al entrevistado a gusto, cómodo, para que puede sentirse libre de poder expresarse sin tenciones.
Se recomienda antes de enfrentar una entrevista, el armado de una “guía de pautas”, la misma puede resultar muy favorable en cuanto al dinamismo del encuentro, en ella se puede apuntar los tópicos que consideramos esenciales que se hagan presentes durante la charla. Para el armado de dicha grilla, se debe pensar en cual es el principal objetivo y que es lo deseamos verdaderamente preguntar. Cabe destacar que esta guía de pautas nos permite estar focalizados en la meta, sin perder el centro de la entrevista. Además, debemos tener en cuenta, que durante el transcurso de la entrevista, surgen distintos tipos de preguntas, que suelen ser abiertas, disparadoras, descriptivas, de análisis, o básicamente surge el repreguntar, por eso debemos estar atentos a las respuestas para que la entrevista se vuelva a amena y evitar que se convierta en un trámite.
En lo personal, disfruto cuando debo realizar una. Me gusta, el proceso previo al encuentro con la persona o las personas a entrevistar. Los primeros contactos a veces se tornan complejos, otras veces son más sencillos, pero lo cierto es que son ellos los que nos van brindando indicios para poder ir haciéndonos la idea de cómo es la persona a la cual pertenece aquella voz que escuchamos del otro lado, sin poder ver.
Las entrevistas, no deben ser pensadas como un mero encuentro cara a cara con una determinada persona, a la cual uno debe hacerle preguntas planificadas de antemano, a su vez limitarse a escuchar su respuesta, tomar nota de aquello y seguir preguntando hasta que el interrogatorio llegue a su fin. Sino bien, debemos tener en cuenta que una entrevista siempre es una experiencia nueva para los participantes. Por un lado, el entrevistador, llega al encuentro con una serie de expectativas, las cuales pueden ser superadas o no en el transcurso del encuentro, pero se crea un universo único, personal y propio. Por el otro, el entrevistado, con incertidumbre, pensando en que le van a preguntar, pensando en porque el fue el elegido, observando los materiales que acompañan al entrevistador, esperando ser sorprendido, analizando la situación, queriendo ser escuchado, sintiéndose importante y valorado por estar del lado del entrevistado.
Se recomienda antes de enfrentar una entrevista, el armado de una “guía de pautas”, la misma puede resultar muy favorable en cuanto al dinamismo del encuentro, en ella se puede apuntar los tópicos que consideramos esenciales que se hagan presentes durante la charla. Para el armado de dicha grilla, se debe pensar en cual es el principal objetivo y que es lo deseamos verdaderamente preguntar. Cabe destacar que esta guía de pautas nos permite estar focalizados en la meta, sin perder el centro de la entrevista. Además, debemos tener en cuenta, que durante el transcurso de la entrevista, surgen distintos tipos de preguntas, que suelen ser abiertas, disparadoras, descriptivas, de análisis, o básicamente surge el repreguntar, por eso debemos estar atentos a las respuestas para que la entrevista se vuelva a amena y evitar que se convierta en un trámite.
En lo personal, disfruto cuando debo realizar una. Me gusta, el proceso previo al encuentro con la persona o las personas a entrevistar. Los primeros contactos a veces se tornan complejos, otras veces son más sencillos, pero lo cierto es que son ellos los que nos van brindando indicios para poder ir haciéndonos la idea de cómo es la persona a la cual pertenece aquella voz que escuchamos del otro lado, sin poder ver.
Las entrevistas, no deben ser pensadas como un mero encuentro cara a cara con una determinada persona, a la cual uno debe hacerle preguntas planificadas de antemano, a su vez limitarse a escuchar su respuesta, tomar nota de aquello y seguir preguntando hasta que el interrogatorio llegue a su fin. Sino bien, debemos tener en cuenta que una entrevista siempre es una experiencia nueva para los participantes. Por un lado, el entrevistador, llega al encuentro con una serie de expectativas, las cuales pueden ser superadas o no en el transcurso del encuentro, pero se crea un universo único, personal y propio. Por el otro, el entrevistado, con incertidumbre, pensando en que le van a preguntar, pensando en porque el fue el elegido, observando los materiales que acompañan al entrevistador, esperando ser sorprendido, analizando la situación, queriendo ser escuchado, sintiéndose importante y valorado por estar del lado del entrevistado.
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