Nunca fui scout
Nota del lector, acerca de la crónica de la alumna Melina Nieto.
Nunca fui scout, y me pregunto ¿Por qué?
Será porque las palabras, reglas, normas, levantarse temprano, hacer una canoa con dos palitos y un pedazo de hilo, no palabras ni tareas que me gusten demasiado. La vida scout, me trae a la cabeza, mucha tierra, algunas picaduras de mosquitos, carpas, toldos y descansar por las noches en una bolsa de dormir porque a los campamentos uno no podría llevarse la cama que tiene en su cuarto.
La vida del scout es muy sacrificada.
A medida que voy leyendo la crónica, pienso que hasta resulta una tarea difícil de imaginar que existan madres que inciten a sus hijos a realizar esta clase de actividades, tal vez sea porque la vía más fácil sea invertir recursos económicos en tecnologías (computadoras, play station, videos juegos, celulares) y ponerlo frente a una pantalla de y de esta manera que se entretengan con los blogs, el chat, o las cadenas de red sociales, que tanto auge han obtenido en este ultimo tiempo, es así que uno tiene a los más pequeños resguardados dentro de las cuatro paredes que encierran el cuarto y no torturan a los padres repitiendo la bendita frase de: “estoy aburrido”.
Es que la realidad que refleja la autora Melina Nieto, es sin lugar a dudas un grave problema, ya nadie tiene demasiados ánimos como para formar parte de agrupaciones de este tipo si no recibe algún tipo de retribución económica, porque si uno se pone a pensar es como trabajar en un determinado horario y tomar la responsabilidad de concurrir los días que la agrupación concuerda, tal vez la perdida de muchos seguidores de esta clase de agrupaciones se deba a que las personas mayores de 18 años no tengan demasiado tiempo para concurrir y el poco tiempos que les queda libre porque deben trabajar, deciden invertido con amigos y en otra clase de actividades, a pesar de que la vida scout no les desagrade, pero como dicen las referentes de las agrupaciones scout cada participante asume un compromiso al momento de formar parte de la agrupación y el mismo se basa en la toma de conciencia que la promesa demanda.
Como dije nunca fui scout, porque siempre tuve el prejuicio de que esa era tarea únicamente para hombres, y que las mujeres debían dedicarse a otra cosa. Cuando tenía unos años menos, consideraba que cada uno nacía para hacer determinadas tareas y que en definitiva yo no había nacido para hacer scout, por eso nunca le insiste a mi mamá para que me llevara. Pero que lindo hubiese sido hacer una canoa con dos palitos e hilo.
Nota del lector, acerca de la crónica de la alumna Melina Nieto.
Nunca fui scout, y me pregunto ¿Por qué?
Será porque las palabras, reglas, normas, levantarse temprano, hacer una canoa con dos palitos y un pedazo de hilo, no palabras ni tareas que me gusten demasiado. La vida scout, me trae a la cabeza, mucha tierra, algunas picaduras de mosquitos, carpas, toldos y descansar por las noches en una bolsa de dormir porque a los campamentos uno no podría llevarse la cama que tiene en su cuarto.
La vida del scout es muy sacrificada.
A medida que voy leyendo la crónica, pienso que hasta resulta una tarea difícil de imaginar que existan madres que inciten a sus hijos a realizar esta clase de actividades, tal vez sea porque la vía más fácil sea invertir recursos económicos en tecnologías (computadoras, play station, videos juegos, celulares) y ponerlo frente a una pantalla de y de esta manera que se entretengan con los blogs, el chat, o las cadenas de red sociales, que tanto auge han obtenido en este ultimo tiempo, es así que uno tiene a los más pequeños resguardados dentro de las cuatro paredes que encierran el cuarto y no torturan a los padres repitiendo la bendita frase de: “estoy aburrido”.
Es que la realidad que refleja la autora Melina Nieto, es sin lugar a dudas un grave problema, ya nadie tiene demasiados ánimos como para formar parte de agrupaciones de este tipo si no recibe algún tipo de retribución económica, porque si uno se pone a pensar es como trabajar en un determinado horario y tomar la responsabilidad de concurrir los días que la agrupación concuerda, tal vez la perdida de muchos seguidores de esta clase de agrupaciones se deba a que las personas mayores de 18 años no tengan demasiado tiempo para concurrir y el poco tiempos que les queda libre porque deben trabajar, deciden invertido con amigos y en otra clase de actividades, a pesar de que la vida scout no les desagrade, pero como dicen las referentes de las agrupaciones scout cada participante asume un compromiso al momento de formar parte de la agrupación y el mismo se basa en la toma de conciencia que la promesa demanda.
Como dije nunca fui scout, porque siempre tuve el prejuicio de que esa era tarea únicamente para hombres, y que las mujeres debían dedicarse a otra cosa. Cuando tenía unos años menos, consideraba que cada uno nacía para hacer determinadas tareas y que en definitiva yo no había nacido para hacer scout, por eso nunca le insiste a mi mamá para que me llevara. Pero que lindo hubiese sido hacer una canoa con dos palitos e hilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario